viernes, 4 de noviembre de 2011

Discusiones entre jóvenes y adultos


 
Esta tarde me ha sucedido una cosa bastante curiosa. La verdad al principio no me di cuenta que estaba pasando, pero después de lo ocurrido entendí un poco mejor lo que habíamos vivido. Esta es más o menos la historia, puede que con algún dato aproximado y no tan exacto.

Unos amigos y yo estábamos hablando a la salida de un pabellón, donde habíamos estado entrenando. Nos encontrábamos en la salida por donde pasan los coches para aparcar. Es una salida estrecha, por lo que un coche puede tener una poquita dificultad para salir. Un coche entró en el aparcamiento, sin mucho problema, dio la vuelta dentro, y salió. En la salida golpeó con el espejo retrovisor a uno de mis compañeros en la mochila que llevaba puesta, y a otro le dio en la espalda. Pensábamos que sería un toque de nada, y no le dimos muchas vueltas, es decir, no nos enfadamos con el hombre por golpearnos.
De repente el hombre, después de pasarnos, dio marcha atrás y bajo la ventanilla:
HOMBRE: A ver si tenéis cuidado que me habéis dado al espejo.
VÍCTOR: Señor ha sido sin querer, perdón.
HOMBRE: ¡Es que siempre tenéis que estar en medio! Me habéis visto entrar y cuando salía no os podías quitar, tenías que estar en todo el medio, molestando. Porque en realidad no deberías de quedaros en la carretera porque aquí no podéis estar.
VÍCTOR: Disculpe pero dónde pone que no se puede estar aquí. Esto es la calle y no hay ninguna señal que diga que no se puede estar aquí.
HOMBRE: Pues aquí no deberías estar, porque me habéis dado al espejo y si lo tengo que arreglar me cuesta 4000 euros, y a ver quien me lo paga si me lo rompéis.
NATÁN: Perdone, pero si usted me parte la cara por darme con el espejo, ¿con qué pago yo eso?
HOMBRE: Pues yo te la vuelto a partir y a ver si aprendes.
Durante este momento tenso, el hombre se llevó las manos al cinturón con amago de salir del coche (por lo visto, para partirme la cara). Finalmente después de discutir un poco más el hombre finalmente decidió marcharse, y gracias a Dios no tuvimos que llegar a los puños.

Puede que el hombre tuviera razón. No debíamos estar en la calle (aunque no es que estuviera prohibido), pero sí es verdad que podíamos haber estado en una acera u otro lugar parecido que no molestara a la gente. Pero tampoco me parece correcto que el hombre nos tratara de esa manera, y nos acusara de darle en el espejo, cuando fue él el que nos golpeó a nosotros.

El caso es que es verdad que los jóvenes de hoy en día somos un poco especialitos y hacemos bastantes cosas que no debemos. Pero no todos, ni siempre somos así, y al ser igual de humanos que los adultos, podemos cometer errores y estar en medio de la carretera cuando no debemos.
Entiendo que los adultos en ocasiones nos vean como personillas salvajes, alocadas, irresponsables... pero aún con todo eso somos humanos, y también queremos que nos traten bien y nos respeten. Y no porque cometamos un error, ya nos traten como delincuentes tontos.

No siempre las relaciones entre jovenes y adultos tienen que ser malas.